"¡No queremos Olimpiadas, queremos revolución!"
La
Matanza de Tlatelolco ocurrió el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de
las Tres Culturas, en el barrio de Tlatelolco dentro de la Ciudad de
México; pocos días antes de que las Olimpiadas fueran inauguradas.
Este sangriento evento ocurrió cuando el Ejército y paramilitares
(Batallón Olimpia) dispararon en contra de un grupo de
manifestantes. La matanza, que ha permanecido en la impunidad, se
perpetró cuando Luis Echeverría -quien ejerció la presidencia de
1970 a 1976- ocupaba el puesto de Secretario de Gobernación bajo las
órdenes del Presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964 – 1970).
El
movimiento estudiantil estalló en julio de 1968, cuando el Ejército
Mexicano irrumpió en dos preparatorias del Instituto Politécnico
Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de México (UNAM). En los
eventos, varios jóvenes fueron detenidos y encarcelados, por lo que
varias instituciones se solidarizaron, exigiendo la liberación de
sus compañeros y la salida inmediata de las fuerzas castrenses de
los recintos educativos.
Durante 1968, las movilizaciones fueron adquiriendo una gran aceptación, reivindicando causas más generales, como el acceso a la educación, la democratización de medios de comunicación, el fin del acoso gubernamental y el desarrollo de instituciones.
A pocos días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz aumentó las medidas de seguridad y el despliegue de militares en los alrededores de las sedes deportivas.
Durante 1968, las movilizaciones fueron adquiriendo una gran aceptación, reivindicando causas más generales, como el acceso a la educación, la democratización de medios de comunicación, el fin del acoso gubernamental y el desarrollo de instituciones.
A pocos días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz aumentó las medidas de seguridad y el despliegue de militares en los alrededores de las sedes deportivas.
Mientras
tanto, miembros del Batallón Olimpia (vestidos de civiles) se
infiltraron en la manifestación hasta donde se encontraban los
oradores y varios periodistas. Sin motivo aparente, los miembros de
este Batallón dispararon en contra de los manifestantes; los
militares que estaban custodiando la manifestación repelieron la
agresión, alegando creer que los disparos provenían de los
estudiantes. Muchos manifestantes intentaron escapar del tiroteo
escondiéndose en los edificios aledaños y el ejército, sin orden
judicial, irrumpió en cada uno de los departamentos de la Unidad
Tlatelolco para capturarlos.
Se
estima que esta matanza resultó en la muerte de más de trescientas
personas, aunque las fuentes gubernamentales reportan entre 40 y 50.
Además de las muertes, hubo cientos de heridos y detenidos, acusados
de delitos políticos.
Diversos
analistas sostienen que el nombre del Batallón Olimpia se debe a que
este grupo estaba destinado a encargarse de la seguridad de los
Juegos Olímpicos. No obstante, estaba conformado por miembros del
Estado Mayor Presidencial y obedecía a las órdenes de la Secretaría
de Gobernación.
Los gobiernos subsecuentes no sólo mantuvieron en secreto los archivos militares de la fecha, sino que desencadenaron una guerra de bajo perfil conocida como Guerra Sucia, en contra de líderes de movimientos sociales y guerrillas urbanas durante la década de los setenta, convirtiéndose en uno de los periodos de mayor represión en la historia mexicana.
El presidente Díaz Ordaz declaró, durante una entrevista como embajador de México en España, sentirse muy orgulloso de haber podido ser Presidente de la República y haber podido, así, servir a México", estando particularmente orgulloso del año de 1968, por que le "permitió servir y salvar al País, les guste o no les guste.
La cinta Rojo Amanecer, así como varias obras que narraban los sucesos del 2 de octubre, fueron vetadas por varios años, hasta que a finales de la década de los ochenta pudieron ver por primera vez la luz pública. Sin embargo, a 48 años de la tragedia, ningún implicado cumplió una condena por su responsabilidad en la masacre.
Los gobiernos subsecuentes no sólo mantuvieron en secreto los archivos militares de la fecha, sino que desencadenaron una guerra de bajo perfil conocida como Guerra Sucia, en contra de líderes de movimientos sociales y guerrillas urbanas durante la década de los setenta, convirtiéndose en uno de los periodos de mayor represión en la historia mexicana.
El presidente Díaz Ordaz declaró, durante una entrevista como embajador de México en España, sentirse muy orgulloso de haber podido ser Presidente de la República y haber podido, así, servir a México", estando particularmente orgulloso del año de 1968, por que le "permitió servir y salvar al País, les guste o no les guste.
La cinta Rojo Amanecer, así como varias obras que narraban los sucesos del 2 de octubre, fueron vetadas por varios años, hasta que a finales de la década de los ochenta pudieron ver por primera vez la luz pública. Sin embargo, a 48 años de la tragedia, ningún implicado cumplió una condena por su responsabilidad en la masacre.